Saltar al contenido

Escuela de bienestar: ¿Como podemos ser más felices?

    Firma Invitada: Paula Sánchez Piazuelo

    «La felicidad suele colarse por una puerta que no sabías que habías dejado abierta»(John Barrymore)

    Las relaciones con los demás no son solo uno de los factores que reducen el estrés, sino que además nos hacen experimentar emociones tan positivas como el amor o la gratitud.

    Para entender cómo funciona la felicidad en el ser humano podemos hacer una metáfora: el ser humano sería un banco. Un banco se mantiene estable gracias a que tiene una serie de patas. Así, cuantas más patas lo sostengan más estable será el banco. Diremos que cada pata del banco son las cosas que hacen que se mantenga en pie, que la persona se sienta feliz. Una pata puede ser la familia, otra los amigos, el trabajo, hacer deporte, viajar, cocinar, disfrutar de un paseo, leer un buen libro… Cuantas más patas tenga nuestro banco, más fácil nos resultará mantenernos en pie y ser felices. Una persona me planteaba en la consulta que llevaba toda la vida dedicándose a su empresa de construcción, sin embargo ahora, con la crisis, había tenido que cerrar. Esta persona, a sus 62 años, solo tenía dos patas en el banco: la empresa y su familia. Ambas patas eran suficientes para llenarle de felicidad, con ambas tenía su vida plena. Pero ahora… ahora su banco estaba descompensado.

    ¿Qué hacer? ¡Poner más patas en el banco! Probar cosas nuevas, descubrir nuevos hobbies, leer, apuntarse a un club de lectura, ver películas, quedar con los amigos, hacer nuevos… La crisis nos empuja al cambio, pero el ser humano tiene una gran capacidad de adaptación. Nacemos totalmente indefensos y gracias a nuestra inteligencia conseguimos superar todos los obstáculos. En esta época de  dificultades debemos buscar alternativas y terminaremos adaptándonos a los nuevos tiempos.

    El otro día volvió de nuevo a la consulta la persona de 62 años y le pregunté ¿cómo lo llevas? y me contestó con una sonrisa «buscando paticas para mi banco» ¡Esa sí es una buena actitud para el cambio! Y, a mi modo de ver, una lección para que cada día consigamos ser más felices.

    Con independencia de que sean jóvenes o viejos, hombres o mujeres, ricos o pobres, de Oriente o de Occidente, cuando se les pregunta ¿qué es lo que más les hace felices? Cuatro de cada cinco responden que sus relaciones con las personas que aman”.

    David Myers, La búsqueda de la felicidad.

    Pregúntale a Paula

    Tengo un hijo adolescente de 16 años y de un tiempo a esta parte se muestra enfadado con nosotros y no quiere colaborar nada en casa. ¿Qué podemos hacer?

    Ana, 47 años.

    La adolescencia es una etapa muy difícil, el adolescente siente que el mundo está en su contra y que lo que le ocurre nunca le ha pasado a nadie (egocentrismo adolescente) es la etapa de nuestras vidas en la que nos sentimos más solos y buscamos la respuesta a la pregunta ¿Quién soy?. La necesidad de definirse es algo que como padres debemos tener muy en cuenta. Los definimos cuando les decimos que no hacen nada en casa como vagos, cuando les decimos que no estudian como malos estudiantes… Y ellos para no llevarnos la contraria cumplen nuestras expectativas siendo más vagos y malos estudiantes. ¿Quiere que su hijo ayude en casa? Diga de él que es una buena persona, colaborador y que aunque algunas veces esté cansado generalmente está siempre dispuesto a echar una mano. Esta técnica llamada “profecía autocumplida” hace que lancemos a nuestros hijos hacia comportamientos positivos en lugar de negativos. Defina siempre a su adolescente en positivo y él hará todo lo posible por cumplir sus expectativas.

    Lectura recomendada

    Una mochila para el universo

    Una guía indispensable para entender a los demás y a manejarse con éxito en el universo de las emociones «Para transformar nuestras vidas y nuestras relaciones, no necesitamos tanto como creemos: en una mochila ligera cabe lo que nos ayuda a comprender y a gestionar la realidad que nos rodea» Elsa Punset 

    Un abrazo tiene que durar 6 segundos como mínimo para que haya un impacto químico en el cerebro y se produzca una conexión emocional.

    Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

    Diseño web por XYZ Comunicación