Saltar al contenido

Terapia Craneosacral (I)

    Firma Invitada: Antonio L. Checa

    «Camina en tu interior para entender tu exterior»

    TRATARSE CON TERAPIA CRANEOSACRAL

    Hace ya algunos años, la vida puso en mi camino un instrumento de apoyo y curación a algunos problemas que me habían estado minando la salud. Problemas emocionales y tensionales que, parecían banales, pero que dejaban mi energía vital a niveles de supervivencia, con el trastorno que esto produce.

    Fue una amiga que ya conocía este enfoque, la que me animó a probar esta terapia, que a la postre me sirvió para cambiar mi vida para siempre y no solo porque me liberó de múltiples “anclajes” físicos y emocionales, sino porque tuve posteriormente la necesidad de aprender a desarrollarla y transmitirla.

    Vayan estos apuntes que intentarán explicar qué es, como se hace y para qué sirve la TERAPIA CRANEOSACRAL.

    ¿Qué es Terapia Craneosacral?

    Se basa en un abordaje manual apoyado en un tacto sutil de escucha de los tejidos del cuerpo, que nos permite sentir las restricciones de movilidad de las diferentes estructuras, estimulándolas respetuosamente para activar los recursos de curación inherentes al organismo.

    Para hablar del Sistema craneosacral tenemos que retrotraernos a los primeros estudios que realizó el Dr. Shuterland desde las bases de la Osteopatía, que cuestionó que si toda articulación tiene movimiento y las suturas craneales son articulaciones ¿porqué ellas no tendrán también movimiento? Y quien lo investigó, sentando las bases de la Osteopatía Craneal, fue el Dr. Jhon Upledger, que pudo descubrir de forma casual la explicación fisiológica de lo que percibió Shuterland, iniciando y desarrollando de este modo lo que hoy se conoce como Terapia Craneosacral u Osteopatía Craneosacral.

    La Terapia Craneosacral es una evolución Osteopática alejada de la Fisioterapia, cuyos principios fundamentales y sus planteamientos son absolutamente opuestos.

    Todos sabemos que el hombre está constituido físicamente por huesos, músculos, órganos, glándulas, nervios y vasos. Pero no todos sabemos que estos diversos elementos dependen estrechamente de un sistema complejo, que asegura la cohesión del conjunto, estableciendo los vínculos entre los diversos sectores y niveles corporales. Se trata del sistema fascial o fascias.

    Dicho sistema esta constituido por el tejido conjuntivo, el más abundante en el cuerpo, compuesto principalmente de colágeno y fibras elásticas. Como su nombre indica, su papel es unir los tejidos entre ellos, vincular los músculos al hueso, los órganos con el hueso y los huesos entre sí. Este tejido también envuelve y protege cada estructura del cuerpo, desde la célula al órgano. Está formado por un tejido blanquecino cuyo grosor, densidad, resistencia y flexibilidad dependen de su ubicación y de los requerimientos mecánicos de la zona.

    Las fascias están repletas de receptores sensitivos conectados cada uno a un nervio. Su función es informar al sistema nervioso central acerca, entre otros aspectos, de las tensiones mecánicas que experimenta dicho tejido y, por extensión, el cuerpo. Es el mayor sistema sensitivo del organismo, por delante de la piel”.

    El sistema fascial es una red de tejidos que es elástico, estable y moldeable y principalmente esta orientado en dirección longitudinal más que en dirección transversal. Esta libre para deslizarse unos milímetros cuando el tejido esta relajado, más aparentemente en la dirección longitudinal que transversal «se pude decir que podemos viajar desde cualquier parte del cuerpo a otra parte a través del sistema facial, sin perder continuidad en ningún momento»

    En la terapia Cráneo-Sacral partimos de la base de que los tejidos del cuerpo humano son sabios y necesitan su tiempo para restablecer su equilibrio tras un trauma. Pero hay ocasiones en que el umbral del trauma está por encima de la capacidad de respuesta del tejido en ese momento. Es entonces cuando está indicada la Terapia Cráneo-Sacral, ayudando en el proceso de autocuración.

    El terapeuta, con sus manos, es un mero facilitador, el ayudante paciente y sensible que va allí donde el cuerpo le muestra un bloqueo y le da un pequeño estímulo de inducción para que el organismo recupere su memoria tisular o su estado normal. De esta manera se desbloquea el problema, pero no por que el terapeuta lo mande o aplique una fuerza externa sino por que el cuerpo quiere curarse, y nosotros colaboramos en ese sentido; sería algo similar a lo que ocurre en homeopatía, un pequeño estímulo (apenas una ligera presión o contacto) es más efectivo que aplicar grandes dosis… “menos es más.”

    Ser terapeuta cráneo-sacral es estar siempre en un continuo proceso de fascinante aprendizaje, cada paciente (su cuerpo) te enseña algo nuevo que amplia tus conocimientos anteriores, sólo hay que esperar y escuchar.

    ¿Quieres saber más?
    Continua leyendo el siguiente post:
    Terapia craneosacral (II) por Antonio L. Checa

    Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

    Diseño web por XYZ Comunicación