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Comunicación y escucha activa: Cuando callar es más difícil que hablar

    Firma Invitada: Mercedes Ruiz

    «Cuando hablas, sólo repites lo que ya sabes; pero cuando escuchas, quizá aprendas algo nuevo» (Dalai Lama)

    La escucha activa es un elemento tan indispensable en la comunicación como el hecho de hablar con fluidez. Es la habilidad para escuchar (que no oír), no solo lo que tu interlocutor expresa directamente, sino también las ideas, pensamientos o sentimientos que se ocultan detrás de esas palabras. Es una habilidad social  que podemos desarrollar con práctica y con paciencia.

    Para llegar a este punto es necesario cierto grado de empatía, es decir ponerse en la piel del otro, escuchar y entender la comunicación desde el punto de vista de la persona que habla y con conciencia plena, concentrados en el mensaje de nuestro interlocutor, eso no quiere decir que mantengamos una actitud pasiva, todo lo contrario, debemos dar a  entender que estamos atentos a sus palabras.

    Hay dos elementos que facilitan la escucha activa: una predisposición interna a facilitar la comunicación en momento presente, sin juzgar y exteriorizar mediante lenguaje no verbal (contacto visual, gestos) y lenguaje verbal dando a entender que estamos prestando atención.

    Existen unas señales inequívocas que muestran a nuestro interlocutor que les estamos escuchando activamente y vamos a desarrollarlas:

    Lenguaje no verbal

    Contacto visual:

    Dicen que los ojos nunca necesitarán subtítulos, por eso mirar directamente a los ojos muestra a la otra persona que se está prestando atención a lo que dice, además no esquivar la mirada en una conversación, demuestra que nuestro interés es sincero. Debemos combinar este contacto visual con otras señales bien verbales o no verbales para reafirmar la atención plena por lo que nuestro interlocutor está expresando.

    Ligera sonrisa:

    La sonrisa es una de las herramientas más poderosas que tenemos no sólo para mejorar nuestra expresión facial, sino que genera confianza y credibilidad. Además de actuar como refuerzo y dar un mensaje de empatía, asegura a nuestro interlocutor que el mensaje que estamos recibiendo es de nuestro agrado y le motivará a seguir hablando.

    Mirroring:

    Es una técnica de PNL (Programación Neurolingüística) que consiste en imitar ciertas posturas o gestos de la persona con la que estamos interactuando. Es muy importante ser prudentes y realizar estos movimientos una vez que nuestro interlocutor dejó de hacerlos y no mientras los hace. Con esta técnica conseguimos establecer una especial conexión favoreciendo la comunicación fluida.

    Lenguaje verbal

    Parafrasear:

    Aunque es una técnica muy útil para la comunicación eficaz es muy poco utilizada. Consiste en repetir con nuestras propias palabras lo que nuestro interlocutor está expresando. Demuestra atención, respeto y comprensión y facilita el entendimiento.

    Resumir:

    Para dominar la escucha activa es importante saber resumir lo que acaba de comunicar nuestro interlocutor. Esto le ayuda a dejar claro que se entiende el punto de vista del otro antes de exponer el nuestro. Resumir supone reducir a términos breves y concisos lo esencial del mensaje.

    Preguntar:

    Al realizar preguntas interesantes y relacionadas con el mensaje que nos está dando nuestro interlocutor, le animamos a que siga contándonos sus experiencias.

    Las buenas preguntas son cortas y comprensibles, las mejores son las preguntas abiertas, aquellas que comienzan con un quién, qué, dónde, cómo, cuándo y por qué, ya que se presentan como excelente método de investigación.

    Escuchando con atención las respuestas descubriremos posibles rutas para avanzar en la comunicación.

    Qué No hacer en la escucha activa:

    1.- Interrumpir a nuestro interlocutor

    2.- Juzgarlo

    3.- Ofrecer ayuda prematuramente sin tener toda la información

    4.- Contar tu propia historia en lugar de escuchar la suya

    5.- Dar consejos sin ser pedidos

    No debemos olvidar que el principal problema de la comunicación es que no escuchamos para entender, sino que lo hacemos para contestar.

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