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JAVIER CALABRÚS

    «Y cuando llegue el día del último viaje, y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, me encontraréis a bordo, ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar» (Antonio Machado)

    A nuestro querido amigo Javi.

    Apenas dos semanas antes del confinamiento en casa, te hicimos esta pequeña, pero entrañable entrevista como persona y como empresario, en tu céntrica agencia, en esa tu particular mesa, junto a tu querido hermano Domingo y tus colaboradores… y nos reímos, nos reímos mucho, contigo era fácil.

    Tus múltiples ocupaciones y tu «culillo de mal asiento» no permitieron que Juan Vilches, nuestro fotógrafo, te hiciera las fotos que la ilustrarían, «mañana Juan, te busco un hueco…», así es que hemos tirado de archivo y seleccionado estas con todo nuestro cariño, son tú en estado puro, sin poses, como tú eras cuando estabas en esta parte de la vida.

    Hoy, que se cumple justo un mes de tu partida, la publicamos con todo nuestro respeto y como un pequeño homenaje a tu recuerdo.

    Buen viaje amigo Javi.

    Aunque estudió Derecho, Francisco Javier Calabrús Rodríguez, llegó al mundo del turismo casi por casualidad, formando parte desde 1990 del equipo de agentes de viajes de Pedro Martínez, fundador de Viajes Sacromonte toda una institución en Jaén y la mejor escuela para tod@s aquell@s jóvenes que, como Javier, descubrieron su verdadera vocación: hacer viajar a los demás.

    Casi recién llegado, y con tan solo 22 años, fue el responsable de organizar un viaje a Roma con motivo de la «Visita Ad Limina” para 2.000 personas, su primer reto y en el que también participó como guía turístico y con tal éxito que se especializó en peregrinaciones, la siguiente: Peregrinación a Tierra Santa para 750 personas, una experiencia que suma la espiritualidad con la visita a lugares de incomparable riqueza monumental y arquitectónica asociada al legado cristiano.

    Tosiriano de nacimiento, en 1997 comenzó su aventura empresarial en solitario, con la puesta en marcha en Jaén de la agencia Calabrús Viajes, su gran proyecto personal y profesional al que se ha dedicado en cuerpo y alma todos estos años, no en vano es una, si no la más popular, de Jaén y provincia. Socio de la Asociación Provincial de Agencias de Viajes de Jaén desde que ésta se fundó, cofrade de la Virgen de las Angustias de su pueblo, Torredonjimeno, y directivo de su querido Jaén Paraíso Interior. Gran aficionado a los toros y a la caza. Y sobre todo, una persona generosa y dispuesta a colaborar con todas las causas humanitarias que lo solicitaran.

    ¿Qué hace diferente a Viajes Calabrús frente a otras agencias?

    Principalmente el trato personalizado a nuestros clientes, conseguir fidelizarlos en la era digital que estamos viviendo no es fácil. Sin embargo, nos vemos recompensados, no sin mucho trabajo, cuando día a día ofrecemos rutas, grandes y pequeños viajes adaptados a todos los gustos y bolsillos. Cada persona, cada familia tiene unas necesidades distintas y en nuestra agencia encuentran ese viaje, que deseamos sea inolvidable. Debemos estar haciéndolo bien porque mantenemos y ampliamos a nuestros clientes, desde hace 23 años.

    De todos los viajes organizados que ofrecéis ¿cuáles son los más solicitados?

    En la actualidad los grandes viajes, son los más demandados para lunas de miel o viajeros más aventureros: Islas Mauricio, Islas Maldivas o circuitos combinados por países más exóticos. Para los turistas más conservadores, viajar por Europa y sus principales capitales, París, Roma, Viena, Praga… se ha convertido en la excusa perfecta para descubrir los tesoros arquitectónicos y la variada gastronomía de nuestros vecinos más cercanos.

    ¿Qué ingredientes debe tener el viaje perfecto?

    Como siempre depende de los gustos del viajero, pero principalmente tiempo: tiempo para descubrir paisajes, culturas, monumentos y tiempo para relax. De nada sirve organizar y planificar un circuito intenso si a la vuelta te das cuenta que no has disfrutado de unas horas  para relajarte y desconectar.

    Una ciudad para vivir.

    Soy muy de Jaén, llevo con orgullo el nombre de mi ciudad, me encanta mi catedral, el casco antiguo, las tascas… Lamentablemente pienso, como jiennense y como agente de viajes que las comunicaciones con el resto de España, hacen que seamos la provincia peor comunicada de Andalucía. Granada o Málaga son otras de mis opciones para vivir, me gustan las ciudades pequeñas, es donde mejor me siento.

    Un lugar para perderte.

    La sierra. Sierra Morena me parece un auténtico paraíso para los sentidos, disfrutar en otoño del ocre de sus bosques de castaños o en primavera el aroma de las plantas aromáticas es algo tan indescriptible, que solo los que amamos la naturaleza en estado puro podemos entender. No podemos olvidar nuestra Sierra de Cazorla, Segura y las Villas, el verdadero pulmón verde de nuestra península, un parque natural sin igual en toda Europa.

    Un viaje que nunca harías.

    Todos los que me conocen saben lo inquieto que soy, por eso jamás me pueden ni me puedo imaginar en el típico resort del Caribe “descansando”, eso para mí, sería una auténtica tortura. Necesito actividad, incluso en vacaciones.

    Un viaje pendiente.

    Conocer Australia, principalmente porque sería como estar lejos del resto del mundo y no solo geográficamente, descubrir esos paisajes desérticos casi lunares me parece todo un reto. Sería un viaje para hacer con amigos, a los que como a mí, les encante la naturaleza salvaje. El único impedimento: las 20 horas de vuelo.

    Si pudieras viajar en el tiempo ¿dónde irías?
    Probablemente al tiempo de los conquistadores, ser protagonista de un acontecimiento que cambió la historia para siempre, debe ser uno de los viajes más apasionantes nunca realizados.

    Defínete con pocas palabras
    Soy muy familiar, considero que la familia unida es lo que da estabilidad a la vida. Leal con mis amigos y la gente a la que quiero. Me gusta respetar a cada persona tal y como es, con sus defectos y virtudes, nadie tiene la obligación de ser perfecto.

    Y nosotros añadiríamos la nobleza de su carácter, la bondad que reflejaba su rostro, el amor a su querida madre y una sonrisa franca, como «un niño grande» (haciéndonos eco de las cariñosas palabras de un familiar suyo).

    Descansa en paz, amigo. Hasta siempre.

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