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La fábrica de sueños: Declaración de nuevas intenciones

    «Pues si te empeñas en soñar, te empeñas en aventar la llama de tu vida» (Rubén Darío)

    Firma invitada: Mercedes Ruiz

    Siempre he sido muy soñadora, quizás incluso he pecado de no tener los pies en la tierra en muchas ocasiones, pero creo que los sueños, las ilusiones, los deseos confesables o inconfesables, forman parte de nuestra vida tanto como la realidad, esa de la que aunque queramos no podemos huir cuando no nos gusta lo que nos rodea.

    Tengo escondido mi cuaderno de sueños, un cuaderno secreto donde guardo todo lo que quiero que se haga realidad, sine die. En mi cuaderno de sueños los hay realizados y realizables, porque a pesar de mi edad, a pesar de mis experiencias buenas y malas yo sí creo que los sueños pueden hacerse realidad, solo tienes que desearlo intensamente y  poner todos los medios para conseguirlo.

    Recuerdo con especial cariño, aquel eslogan de la lotería de Navidad de 2011 : La Fábrica de Sueños, porque si importante es mi cuaderno de sueños, este año me he propuesto dar más importancia a la fábrica que soy yo misma. Mi mente y  mi corazón son mi fábrica de sueños, una que trabaja a tiempo completo 365 días al año, sin prisa pero sin pausa, como se hacen las cosas bien hechas que decían nuestras abuelas.

    Tengo sueños tangibles con posibilidad de hacerse realidad y otros que no puedo tocar pero que si puedo sentir. Sueño con ir y perderme en París, sueño con volver al Caribe y disfrutar de aquellas increíbles playas, sueño con ver crecer (aún más) a mis hijos, ver crecer a mis nietos y conocer a los que estan por venir. Sueño con tener una casita  con jardín y desayunar cada mañana en el porche, sueño con la idea de que esa casita este adosada a la de mi hermana y así no tener que utilizar el teléfono para que me pregunte: ¿como estas? Sueño con ver a mi madre tan feliz como está ahora, disfrutando de cada momento que la vida le regala.

    Hasta Manuel Carrasco nos canta eso tan bonito de: No dejes de soñar, a veces únicamente tenemos que preguntarnos si realmente queremos luchar por conseguir eso que tanto deseamos, cueste lo que cueste o preferimos quedarnos en un rincón viendo pasar los días y gimoteando por esa “mala” suerte que nos acompaña.

    Acabamos de estrenar un nuevo año, que es el principio y el fin de algo, el principio de toda una declaración de intenciones respecto a los buenos propósitos para el 2022 y el fin y carpetazo de todos aquellos proyectos  que se han quedado en el camino.

    Mi consejo es hacer borrón y cuenta nueva, archivar definitivamente todos los malos momentos, quedarte solo con los buenos y tomar firmemente las riendas de nuestra vida, una vida que al fin y al cabo la vamos haciendo de sueños soñados, sueños deseadossueños realizados, algunos en soledad y muchos de ellos compartidos.

    Este año si que he cumplido con todos los rituales habidos y por haber: meter un anillo de oro en la copa (dicen que atrae la riqueza), llevar ropa interior roja (por aquello de la pasión) poner una maleta en la puerta de entrada (para viajar mucho) y sobre todo alimentar el pensamiento positivo, nunca olvides que la ley de la atracción está siempre en funcionamiento, por eso es fundamental que te sientas bien contigo mismo, que mentalmente te visualices bien, porque esos buenos pensamientos atraen abundancia, salud y felicidad a tu vida.

    Y como dicen que «hasta San Antón, pascuas son» y este domingo es su festividad, con mi cuaderno de sueños abierto, os deseo SALUD y Feliz 2022.

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