Firma Invitada: Sergio Pulido
«El niño reconoce a la madre por la sonrisa» (León Tolstói)
El Dr. Sergio Pulido, de la Clínica Dental Pulidental de Jaén, nos ofrece esta semana una amplia e interesante introducción en el mundo dental de nuestros hijos, desde que son bebés hasta los 14 años.
Atención papás y mamás, todos estos cuidados y hábitos determinaran su futuro dental cuando sean mayores.
Durante los primeros meses de vida el bebé tiene un centro de referencia: la boca. Incluso en el útero materno, a partir de las 15 semanas aparece el reflejo de succión, pero es una vez que ha nacido cuando explora el mundo chupando, mordiendo y llevándose a la boca todo lo que tienen a mano, es su forma de comunicarse con el exterior, ya que todavía no ha desarrollado completamente el sentido de la vista y oído. De ésta forma aprende a distinguir no solo sabores, sino también texturas, formas y temperatura, favoreciendo el proceso de dentición.
Primeras señales
Un mes antes de brotar el primer diente, normalmente las encías se inflaman, los bebés comienzan a llevarse a la boca todo lo que cae en sus manos. Otro de los síntomas más significativos es el aumento de babeo por la sobreestimulación de saliva. Estas babas pueden irritar el entorno de la boca y en ocasiones son responsables de la llamada dermatitis del pañal, por eso hay que extremar el cuidado y la protección con cremas adecuadas. Es normal que el bebé esté más irritable de lo acostumbrado e incluso que rechace la comida, pero no hay que preocuparse, éstas son las molestias más frecuentes aunque pueden variar de un bebé a otro.
No existe un remedio único para paliar el malestar, un masaje en las encías (no olvidar lavarse muy bien las manos), morder algún alimento duro y fresco como la manzana, el chupete o un mordedor congelado, le ayudarán a aliviar las molestias.
Los primeros dientes necesitan cuidados especiales a pesar de su duración limitada. Son imprescindibles para aprender a masticar alimentos en sus diferentes texturas y para la correcta pronunciación de sus primeras palabras.
Aunque existe un calendario tipo, la fecha de salida del primer diente varía de un niño a otro, pero podemos decir que por término medio el primero en salir, normalmente un incisivo central de la mandíbula inferior, suele ser sobre los seis meses . De forma gradual y hasta los 2 años y medio, van apareciendo los siguientes hasta completar los 20 dientes que forman la dentición temporal o dientes de leche:
2 incisivos centrales superiores y posteriormente los correspondientes superiores
2 incisivos laterales superiores y seguidamente los análogos inferiores
2 caninos superiores e inferiores
2 primeros molares
2 segundos molares
Los dientes de leche tienen una anatomía diferente a los definitivos, están formados por capas de esmalte y dentina muy delgadas, por eso el color del diente es más claro que los permanentes. Tiene un cuello más estrecho y la corona es más pequeña y plana. Las raíces son más delgadas y largas por eso cuando llega el momento de salir los dientes definitivos se reabsorbe y permite que caigan más fácilmente.
Dentición mixta
Muchos niños viven ilusionados la caída de su primer diente, sin duda por la visita del Ratoncito Pérez. Esto suele ocurrir sobre los cinco o seis años.
Cuando se va acercando la fecha, los dientes comienzan a moverse, normalmente en el mismo orden de su salida. Para que ésto pase, en el interior de la encía el diente definitivo presiona al de leche desgastando su raíz hasta que éste cae. En ocasiones, el diente definitivo crece al lado o detrás del diente de leche formando una doble fila, suele ocurrir con más frecuencia en los incisivos. En este caso, es conveniente visitar al odontólogo para que vigile la evolución y si es necesario extraerá el diente de leche para permitir que el permanente ocupe el lugar vacío.
Los dientes permanentes son más grandes que los de leche y por eso, si el espacio no es suficiente, porque no haya separación entre los dientes, no siempre estarán bien colocados.
En éste momento comienza la llamada dentición mixta, que podemos dividir en dos fases:
La primera fase comienza hacia los ocho años cuando los dientes permanentes son los incisivos superiores e inferiores y los primeros molares y los temporales los caninos y segundos molares.
En la segunda fase hacia los once años, aparecen los caninos definitivos, los premolares que sustituyen a los primeros molares temporales, y los segundos premolares que sustituyen a los segundos molares de leche.
Como curiosidad, cuando caen los primeros dientes de leche aparece la “muela de los seis años”, el primer molar definitivo que sale detrás de las muelas de leche. Éstas no sustituyen a ninguna pieza sino que ocupan el espacio libre detrás de los segundos molares y aparecen primero las de abajo y luego las de arriba. A los doce o trece años es cuando caen los últimos dientes de leche: los caninos superiores.
Es fundamental que los niños adquieran cuanto antes el hábito de un correcto cepillado dental como mínimo dos veces al día, siendo imprescindible el de la noche. Es conveniente que antes de los dos años, este cepillado se haga sólo con agua y a partir de esa edad con dentífrico adaptado a su edad, existe riesgo de fluorosis dental ya que tan pequeños no saben enjuagarse debidamente. El cepillo debe ser acorde a su edad: cerdas suaves, empuñadura gruesa y puntas redondeadas. Introducir el uso del hilo dental como un juego favorece que la higiene bucodental sea completa, ya que el cepillo no llega a todas las zonas. Los niños no deberían utilizar colutorios.
Y para terminar nuestra recomendación: La revisión periódica con el odontopediatra es importante para prevenir y corregir problemas como caries, secuelas de traumatismos, la presencia de dientes supernumerarios, que son aquellas piezas que se forman de más o aquellos definitivos que no logran salir por la encía, los llamados dientes impactados.
