Firma Invitada: Antonio L. Checa
Lejos de lo que pueda parecer en un primer momento, la Terapia Cráneo-Sacral no es una una terapia caprichosa o aleatoria.
El terapeuta craneosacral, Antonio L. Checa continua con su interesante artículo sobre esta técnica manual sutil, que ayuda a restablecer los procesos naturales de reequilibrio y curación del cuerpo.
Indicaciones
Años de investigación y práctica han dado como resultado un método y unas técnicas de tratamiento muy específicos y organizados, pero sin caer en la sistematización ni la rigidez. Existen unos protocolos de tratamiento en los cuales nunca se deja de lado el principio de la globalidad.
De todo lo anterior se deduce el amplio espectro de síntomas o enfermedades tratables con la Terapia Cráneo-Sacral:
- Afecciones neurológicas parálisis centrales y periféricas, traumatismos craneoencefálicos, trastornos neurovegetativos, vértigos, mareos etc.
- Problemas músculo esqueléticos hernias discales, esguinces, dolores musculares o tendinosos, artritis, etc.
- Alteraciones viscerales urinarias, genitales, digestivas, etc
- Problemas pediátricos hiperactividad, autismo, trastornos en la alimentación y/o el sueño, niños con problemas por parto con fórceps, epidural, ventosas o cesárea, etc
- Disfunciones sensoriales trastornos auditivos, oculares, foniátricos, etc.
- Trastornos psicológicos o del comportamiento. Mediante Liberación Somato-Emocional tratamiento avanzado de la Terapia Cráneo-Sacral).
Por ponerles un ejemplo práctico, imaginemos una persona que ha sufrido un latigazo cervical; posiblemente tenga mareos, dolor de cuello, pérdida de memoria, falta de concentración, vértigo, miedo. Generalmente, en su radiografía, e incluso en la resonancia magnética, no haya signos de patología ósea o discal, y esta persona será tratada con antinflamatorios, analgésicos y a veces también rehabilitación, pero probablemente no terminará de mejorar de sus síntomas ya que su problema se encuentra a un nivel más profundo. Así encontramos una explicación más lógica a este tipo de cuadros, hay que ir más allá de las estructuras musculoesqueléticas: es la dura madre raquídea y craneal la que en su función de proteger a la médula de la brusca sacudida del latigazo se ha visto obligada a contraerse (recordemos que las meninges tienen poca elasticidad) generando un mayor aporte de colágeno y perdiendo así su armonía y flexibilidad, rigidificando el sistema membranoso y perturbando a su vez el fluir del líquido cefaloraquideo, con todo lo que eso conlleva. Es en las membranas meníngeas donde habrá que trabajar para devolverles su elasticidad y reinstaurar de este modo la buena función del sistema nervioso y la relajación de los tejidos blandos anexos, lo que conducirá a la autocuración del paciente
Prácticamente la Terapia Craneosacral es una técnica no invasiva, que se basa en la atención respetuosa del cuerpo del paciente, atendiendo a sus tensiones y a sus fluctuaciones, lo que produce un efecto llamada a la autocuración inherente del organismo. Las contraindicaciones de esta terapia NO existen, ya que se apoya al propio cuerpo del paciente, para que inicie sus procesos de autocuración, sin utilizar ningún tipo de invasión al cuerpo, ni ninguna medicación, por lo que se puede utilizar prácticamente en cualquier persona.
Esta terapia está recomendada para cualquier edad, especialmente indicado para neonatos y niños de corta edad, dado que los beneficios que aporta al desarrollo del ser adulto son tan recomendables, que debería de ser de obligada visita por prescripción médica. En países como Estados Unidos y realmente en toda América, la Terapia Craneosacral está totalmente implantada en la sociedad como instrumento de prevención y curación de múltiples afecciones, así como en Europa y Asia.
También hay que destacar que existen detractores de esta técnica (generalmente por desconocimiento o por corporativismo), pero que poco a poco se va abriendo el abanico de “pacientes” que han probado la Terapia y ya nunca dejan de utilizarla. En España como en casi todo, vamos a la retaguardia de la implantación de cualquier tipo de enfoque que no esté estrechamente “controlado” por los Colegios profesionales, mientras en el resto del mundo, al ser una disciplina independiente, recibe la aceptación y el respeto que merece, siempre a la luz de los maravillosos resultados que ofrece.