Mercedes Ruiz / Firma Invitada
El nacimiento de un hijo es sin duda una de las experiencias que más te cambian la vida. En la actualidad las redes sociales, son el medio más utilizado para dar la noticia tanto del embarazo como del nacimiento del bebé. Pero es evidente que este acontecimiento familiar también tiene unas normas de cortesía tanto para los padres y familia como para los amigos a la hora de hacer visitas al recién nacido y su madre.
Hoy en día la mayor parte de los nacimientos tienen lugar en una clínica, normalmente es el padre el que se encarga de dar la noticia primero a la familia (padres y hermanos) y después a los amigos más allegados. Lo ideal es que sea la familia más directa la que esté en la clínica una vez que la madre ingresa, siempre queda a elección de los padres del recién nacido cuándo avisar de este ingreso, sobre todo para evitar que los familiares saturen la habitación a la espera del nacimiento.
Muchas veces se nos plantea la duda de cuándo sería correcto realizar la primera visita a la madre para conocer al recién nacido y el estado de la madre. En primer lugar hay que tener en cuenta el grado de cercanía o parentesco con la madre. No es lo mismo un compañero de trabajo que los abuelos o tíos del bebé. Salvo complicaciones el tiempo de estancia en el hospital es breve, dos o tres días, así que lo ideal es postergar la visita una vez que están instalados en casa. Para evitar ser imprudentes, podemos enviar flores (siempre y cuando el hospital lo permita) o un mensaje de enhorabuena por el feliz acontecimiento a la madre, deseándole una pronta recuperación. Los primeros días del nacimiento, la madre y el bebé necesitan descansar y las visitas pueden ser muy molestas.
¿Cómo podemos estar seguros de que nuestra visita no resultará incómoda para los padres?
Lo correcto es informarnos con anterioridad de si los padres desean o no recibir visitas en los primeros días, para eso nada mejor que realizar una llamada previa para convenir con los padres el momento oportuno. La visita no debe ser larga (no debería superar los treinta minutos) y sobre todo establecer una hora razonable tanto para el bebé como para la madre. Evitar las horas de las tomas y del baño. Durante la visita, debemos moderar el tono de voz, los halagos excesivos y sobre todo las comparaciones con otros niños. Para todas las madres, el nuestro es el bebé más lindo del mundo.
Aunque muchas veces nos parece fácil, porque en la actualidad hay muchas tiendas donde venden artículos especializados en bebés, es cierto que no sabemos dónde está el límite y si lo que vamos a regalar es acertado o no.
Todo depende primero del grado de cercanía con los padres y segundo del presupuesto que tengamos. Es habitual un sonajero, sujeta chupetes, unos pendientes, así como cualquier prenda para el niño. No debemos olvidar que nos centramos en vestiditos de primera postura (0 a 3 meses) y probablemente la madre se encuentre sin ropita para los seis meses. Si tenemos una relación cercana con los padres, lo mejor es preguntar si necesitan algo en concreto y de todas formas el ticket regalo no debe faltar por si lo que hemos elegido no es del agrado de ellos. Si queremos ser originales, podemos regalarles la primera foto del bebé y la madre enmarcada, un chupete o baberito personalizado con el nombre del recién nacido.
Parece ser que todo el mundo se olvida de la madre y desconocemos si hacemos lo acertado a la hora de presentarnos con un detalle para ella.
A la madre se le pueden regalar flores (mejor alguna maceta bonita, orquídeas blancas por ejemplo), bombones, un libro o incluso un perfume. Las madres agradecemos mucho más el presente para nuestros hijos, pero no hay que olvidar que nosotras también somos protagonistas indiscutibles en el día del nacimiento.
Y un último consejo: en caso de duda aplicar siempre el sentido común, que es hacer uso del razonamiento lógico y la sensatez, de esta forma podemos salir airosos de cualquier situación a la que nos enfrentemos.