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Cómo prepararse para una entrevista de trabajo.

    Mercedes Ruiz / Firma Invitada

    Ahora que todos los indicadores económicos hacen predecir un aumento de la oferta laboral, es el momento ideal para recordar a los que ya han pasado por esto y sobre todo es el momento de instruir a los que todavía esperan esa primera entrevista de trabajo, para que entiendan que no solo la cantidad y calidad de la formación académica es lo determinante a la hora de decidirse por un candidato u otro, sino que nuestra actitud, el modo correcto de sentarnos y de acudir vestidos,  el lenguaje corporal y la forma de exponer nuestros argumentos, pueden jugar a nuestro favor o en nuestra contra.

    Antes de acudir a una entrevista de trabajo, es muy recomendable prepararla de forma minuciosa y hasta el más pequeño de los detalles. Es fundamental transmitir seguridad y confianza y para ello nada mejor que mantener nuestros nervios bajo control. Por todo esto nada mejor que ir preparado, con las ideas claras y los argumentos bien aprendidos. Desde aquí podemos dar unos fáciles consejos para facilitar que esta primera impresión sea todo lo favorable que deseamos.

    ¿Cómo podemos estar seguros de ir bien preparados tanto física como mentalmente para enfrentarnos a lo que puede ser nuestro primer empleo? En primer lugar, debemos informarnos todo lo que podamos sobre la empresa antes de acudir a la entrevista. Llevar el curriculum perfectamente impreso y sobre todo conocer exactamente todo lo que hemos puesto en él, ya que el entrevistador se basará en él para hacer determinadas preguntas. Explota tus puntos fuertes y sobre todo prepara argumentos para defender tus puntos débiles (bajo nivel de idiomas, poca experiencia, etc…) Sé puntual y eso significa llegar cinco o diez minutos antes de la hora convenida. Acude a la entrevista solo, sin tu familia, pareja o amigos.

    No solo nuestro curriculum puede ayudarnos, es evidente que la imagen que proyectemos puede ser determinante. Si normalmente debemos cuidar nuestra apariencia, en este caso debemos extremar ese cuidado. No utilizar ropa llamativa (escotes y faldas cortas en las chicas, así como ropa muy ajustada) (camisetas y pantalones vaqueros, zapatillas deportivas). Sobran los consejos sobre la higiene personal que debe ser escrupulosa, los chicos bien afeitados y peinados y las chicas con un maquillaje ligero de mañana, las uñas arregladas y bien peinadas. No llevar gafas de sol.

    Llega el momento de la entrevista, nos encontramos ante la persona o personas de las que depende contratarnos y nos jugamos este posible empleo en una sola entrevista. ¿Cómo podemos hacer para no desaprovechar la oportunidad? Siguiendo unas recomendaciones básicas podemos casi asegurarnos al menos del éxito de esa primera impresión, que como ya hemos dicho solo tenemos una oportunidad para que sea excelente. Para empezar dar mucha importancia a la entrada, la forma de estrechar la mano y la de caminar y sentarnos frente a los entrevistadores.

    Siempre hacerlo de forma firme, sonriendo y mirando a los ojos. Saludar de forma convencional: buenas tardes, buenos días y siempre hablar de USTED. Sentarnos derechos, hacerlo en el filo de la silla denota inseguridad y hacerlo de forma coloquial falta de respeto. Evitar los gestos que demuestran que estamos nerviosos, mordernos las uñas, agitarnos en el asiento, tocarnos el pelo, golpear la mesa con el bolígrafo, etc.. Mirar siempre a los ojos pero sin intimidar. Encontrar el término medio a la hora de hablar, ni mucho ni poco, dejar que ellos tomen la iniciativa y no interrumpirlos jamás. Cuidar el lenguaje y hablar de forma pausada. No acercarnos demasiado al entrevistador, ni cruzar brazos o poner los codos sobre la mesa. Si te ofrecen algo de beber rechaza cualquier tipo de bebida alcohólica, puede ser una trampa.

    La comunicación verbal: lo que decimos y la forma de decirlo y la no verbal: nuestros gestos ya sean voluntarios o involuntarios, en este caso nos pueden hacer caer en las trampas que los responsables de recursos humanos utilizan para ponernos a prueba. La forma de expresarnos debe ser clara y concisa. No faltar a la verdad, porque antes o después podemos meter la pata. No utilizar palabras rebuscadas, hay que ser natural. No es conveniente utilizar expresiones tajantes como siempre, nunca, o latiguillos como ósea, éste, bueno…y evitar todo lo posible comenzar cada frase con el YO.

    No hablar mal de las empresas donde hayamos estado incluso si te preguntan reiteradamente. No te niegues a responder preguntas. Pueden utilizar preguntas de tipo personal, si no quieres contestar, sé cortés y elegante a la hora de evadir la respuesta. Hay que ser positivo sin parecer prepotente, y no debemos solicitar el puesto apelando a una necesidad económica urgente. Esos argumentos lejos de favorecer pueden tener el efecto contrario.

    Ante cualquier duda que tengamos, en este caso, podemos utilizar nuevamente la fórmula RES (respeto, educación y sentido común) que tan buenos resultados dan en cualquier ámbito de nuestra vida, ya sea personal, familiar o profesional.

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