María Ruiz
Mejorar nuestra imagen personal es un proceso constante que comienza por el interior y se refleja en el exterior.
La 𝗶𝗺𝗮𝗴𝗲𝗻 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗹 es mucho más que la apariencia física; es la forma en que nos presentamos ante el mundo y cómo los demás nos perciben. Cuidarla no significa cumplir con estándares de belleza, sino reflejar lo mejor de nosotros mismos a través de la higiene, la vestimenta, el lenguaje corporal y la actitud.
Una imagen personal bien cuidada transmite 𝙨𝙚𝙜𝙪𝙧𝙞𝙙𝙖𝙙, 𝙧𝙚𝙨𝙥𝙚𝙩𝙤, 𝙧𝙚𝙨𝙥𝙤𝙣𝙨𝙖𝙗𝙞𝙡𝙞𝙙𝙖𝙙 𝙮 𝙖𝙪𝙩𝙤𝙚𝙨𝙩𝙞𝙢𝙖. Es clave en muchos aspectos de la vida: desde las 𝙧𝙚𝙡𝙖𝙘𝙞𝙤𝙣𝙚𝙨 𝙨𝙤𝙘𝙞𝙖𝙡𝙚𝙨 hasta las 𝙤𝙥𝙤𝙧𝙩𝙪𝙣𝙞𝙙𝙖𝙙𝙚𝙨 𝙥𝙧𝙤𝙛𝙚𝙨𝙞𝙤𝙣𝙖𝙡𝙚𝙨.
𝖤s una forma de 𝙧𝙚𝙨𝙥𝙚𝙩𝙤 𝙝𝙖𝙘𝙞𝙖 𝙡𝙤𝙨 𝙙𝙚𝙢ás. No se trata de impresionar, sino de generar una 𝙗𝙪𝙚𝙣𝙖 𝙞𝙢𝙥𝙧𝙚𝙨𝙞ón y contribuir a un ambiente agradable y armonioso.
Es una herramienta poderosa para el 𝙘𝙧𝙚𝙘𝙞𝙢𝙞𝙚𝙣𝙩𝙤 𝙥𝙚𝙧𝙨𝙤𝙣𝙖𝙡 𝙮 𝙨𝙤𝙘𝙞𝙖𝙡. Dedicar tiempo a cuidarla es una 𝙞𝙣𝙫𝙚𝙧𝙨𝙞ón en nosotros mismos.
Pautas
1. Autoconocimiento
- Conoce tus fortalezas, valores y estilo de vida.
- Define qué imagen deseas proyectar (profesional, creativa, cercana, autoritaria, etc.).

2. Cuidado personal
- Mantén una higiene adecuada y hábitos saludables.
- Cuida tu piel, cabello y uñas como parte de una rutina básica.

3. Vestimenta adecuada
- Viste según la ocasión, tu tipo de cuerpo y tus colores favorables.
- La ropa debe estar limpia, bien planchada y ajustada correctamente.
- Aprende sobre los códigos de vestimenta (formal, casual, business casual, etc.).

4. Lenguaje corporal
- Una postura erguida, una sonrisa natural y un apretón de manos firme transmiten seguridad.
- Evita gestos cerrados (como cruzar los brazos) si deseas mostrar apertura.

5. Comunicación efectiva
- Usa un tono claro, amable y seguro.
- Escucha activamente y adapta tu lenguaje a tu audiencia.

6. Coherencia
- Tu imagen debe ser coherente con tu personalidad y tu entorno. La autenticidad genera confianza.

7. Evolución constante
- La imagen personal puede y debe ajustarse a tus etapas de vida, metas y contextos sociales.
