Manuela Torres / Firma Invitada
Yo ya nací fuerte, ó eso decían todos. No ha dado “ningún ruido para nacer”, “ni su madre se ha enterado”, “qué niña más buena y fuerte”. Y así seguí toda mi vida, con la etiqueta de FUERTE, grabada a fuego vivo.
Así crecí, considerada una adolescente fuerte, coherente, en el orden cronológico la mayor. Y eso hace suponer a los demás, que aún tienes que ser «más fuerte“.
Y llegas a la edad adulta y te ven e inmediatamente te convierten en una mujer que no necesita nada, ni a nadie, para realizarse, puede soportar todo, resolver embrollos, situaciones difíciles, gestionar cualquier tipo de cosa; incluso se le ve como una mujer, que no le importa ser escuchada, querida ó amada y ahí entra ya la definición de “fría”. Pocas veces se les pregunta a estas mujeres si están cansadas, si sufren, si tienen ansiedad, miedos o angustias, cómo al resto. Pues sí, amigos sí los padecen, cómo cualquier persona, pero ni pueden, ni se atreven a expresarlo.
A la mujer FUERTE, nunca se le perdona, si pierde el control es una histérica, una desquiciada, ó simplemente se está haciendo la víctima (que tampoco estaría mal de vez en cuando). Pero no, simple y llanamente ha tocado fondo.
Cuando esta mujer FUERTE, desaparece de vez en cuando, quizás para relajarse ó evadirse, todo el mundo se echa las manos a la cabeza y se pregunta, dónde está.!!!!
Lo normal es que siempre esté allí, “donde tiene que estar”.
Las mujeres FUERTES, no saben poner límites, tratan e intentan siempre no herir a los demás, buscan solucionar sus propios problemas por ellas mismas intentando no involucrar a nadie, y salir solas a ser posible del enredo, ellas son así.
Desde que nace la mujer FUERTE, tiene la capacidad de salir adelante sola, de no rendirse jamas, ó así se lo han hecho sentir desde que viene el mundo, y ya es muy tarde para dar marcha atrás.
Aunque sean vulnerables, no deben manifestarlo, ya que se mostrarían débiles. Deben esconder sus sentimientos al resto del mundo, incluso pueden hasta llegar a no creérselos. A pensar ellas mismas, que no tienen.
Poco a poco las mujeres FUERTES, alzarán un muro a su alrededor, donde quedar protegidas, donde no muestren sus debilidades al mundo, para que nadie sepa de sus sufrimientos, sus padecimientos, sus penas, sus luchas personales y hasta su aguante .
Pero claro al final se pagan las consecuencias y se pasa la factura de este comportamiento.
Cómo cualquier persona , esté tipo de mujeres necesitan ser queridas, necesitan ser valoradas, abrir y expresar sus miedos , sus iras. Igual que el resto , son humanas y necesitan que se les pregunte de vez en cuando, como están?. Cómo les va?
Porque ellas también son vulnerables, porque ellas que son guerreras natas de la vida, todas tienen detrás una historia, que seguramente las fue forjando así.
Porque amigos y amigas , esa mujer FUERTE, necesita afecto y protección como cualquiera, porque cuando el resto dice “no pasa nada ella es FUERTE”, significa que lucha sola.
Y no puedo dejar esto sin más, sin desde aquí, mandar un gran SALUDO, a todas esas mujeres fuertes que luchan cada día contra las adversidades, que son valientes, con coraje, arrojo y valor; pero a la vez son altamente sensibles, creativas, intuitivas, dotadas de una gran empatía, aunque buscan gustosas la soledad, demuestran una gran conexión emocional con todo tipo de personas.
En definitiva son solo eso, mujeres independientes, indulgentes, humanas como cualquier otra, y revestidas de una armadura ficticia, que el resto del mundo lo ve cómo real. Y con una gran etiqueta en la frente, MUJER FUERTE!!
Que alguien, algunos ó varios; un día les empujó a ello y en cierto modo, las obligó a no desprenderse de ese rol.
Pero nunca olvidéis que ellas también necesitan como todo ser humano, sensibilidad, delicadeza y ternura. Porque como bien dije antes, no son “frías”, no son “calculadoras“, son mujeres que su propio destino les ha ido fraguando su personalidad, labrando su destino, normalmente solas pero funcionan emocionalmente igual que el resto del mundo.
