Mercedes Ruiz / Firma Invitada
“La vida cambia cuando nosotros cambiamos” (Andrew Matthews).
Aunque nos parezca increible, a la vuelta de la esquina tenemos el otoño y con él la puesta al día de nuestros armarios, cajoneras, estantes… En tan solo tres pasos podemos resolver un problema tan común como el temido cambio de temporada de todo el vestuario familiar, permitiendo una renovación no solo de nuestro aspecto exterior sino también de la energía necesaria para afrontar los duros meses de invierno y la vuelta a la actividad
1. La fecha perfecta
El primer paso, buscar un fin de semana para hacer el cambio sin prisas y evitar dejar el trabajo a medias. Tenemos que procurar hacerlo ahora, antes de que llegue el frío y nos pille desprevenidos.
Segundo paso y fundamental, sacar toda la ropa del armario (cajones y estantes) y clasificarla para su limpieza, repaso y posterior guardado.
Limpiar a fondo los armarios, etc., pasando primero la aspiradora en todos los rincones y después una bayeta con algún producto jabonoso para eliminar todo el polvo y dejar secar, de esta forma evitamos que se manche la ropa al meterla.
2. Feng Shui
El siguiente paso es ordenar y revisar toda la ropa. Por un lado ponemos todo lo que va de cintura para arriba (camisas, chaquetas, camisetas, etc.) por otro todo lo de cintura para abajo (pantalones y faldas) y finalmente los vestidos, trajes…
Todo lo que hace un año no usamos debemos regalarlo o guardarlo, pero nunca dejarlo colgado en el armario. Es uno de los principios básicos del feng shui: no acumular cosas que no usamos pues éstas ocupan la energía de las cosas nuevas: es decir tenemos que generar ese espacio para la nueva ropa, calzado y complementos que están por venir.
Para propiciar y equilibrar esta energía que nos ayudará a sentirnos mejor, es importante tener en el armario la ropa limpia y ordenada. Es mejor que la ropa que tenemos en uso la pongamos en otro lugar y no mezclada con la ropa limpia. También es imprescindible arreglar cierres y descosidos de todas las prendas una vez limpias y planchadas.
3. Orden y concierto
Una vez que hemos desechado todas las prendas y complementos innecesarios, una excelente forma de comenzar a ordenar nuestro armario es aplicar la regla del 50 por ciento: la que nos dice que al menos el 50% del volumen de espacio total dentro del armario y cajones debe ser NADA, de forma que pueda haber espacio suficiente entre prenda y prenda para identificarla y sacarla sin problema.
La siguiente regla a aplicar sería la de 1 para 1: Una prenda para una percha, si colgamos varias prendas en la misma percha, nunca veremos la prenda de abajo y se arrugará al colgarle otra encima, es más fácil mantener el orden siempre que tengamos a la vista todas las prendas.
La percha es ese elemento imprescindible para mantener el orden en un armario y el gran olvidado. De nada sirve que planches con esmero tu ropa si no la cuelgas correctamente.
a. Invierte en perchas todas iguales, la uniformidad hace que todo parezca más ordenado.
b. Cuelga todas las perchas en la misma dirección: con el gancho hacia el interior, están diseñados así, para facilitar el descolgar la prenda sin que se caiga. La ropa tiene que ir en la misma dirección, hacia la derecha o la izquierda.
c. Elige la percha adecuada al tamaño y tipo de prenda: hay perchas especiales para faldas, pantalones, chaquetas, etc. y no olvides que en esto también existen tallas, hay perchas para una 36 y para una 54, solo hay que buscarlas.
Una vez que tenemos organizado el armario de temporada, es necesario conocer cuáles son las prendas básicas que no deben faltarnos y que nos permiten acertar en cualquier situación que se nos presente, para ello te invitamos a leer nuestros artículos relacionados: